ESTRENOS DE CINE JUEVES 15 DE DICIEMBRE


EL JUEGO DE LA FORTUNA (Moneyball, Estados Unidos, 2011) 133’ DIR: Bennett Miller. CAST: Brad Pitt, Philip Seymour Hoffman, Robin Wright, Jonah Hill. DIST: Sony/Columbia.

Al público norteamericano le fascinan las películas deportivas, y mucho más si están basadas en un hecho real. Justamente esas en las que el espíritu humano triunfa con mucho esfuerzo y dedicación frente a cualquier adversidad. Generalmente en nuestro país estas películas no fueron éxitos arrasadores, todo lo contrario. Y mucho menos si eran historias con deportes tan alejados de nuestra cultura y tan poco practicados como el baseball. Es harto probable que el protagonismo de la superestrella Brad Pitt sea suficiente para que algunos se interesen en ver esta película, al menos es lo que deben pensar los distribuidores locales.
Brad Pitt interpreta a un ex beisbolista que lleva la misión de sacar de perdedores a un pobre equipo que no pega una. Con la ayuda de un simpático gordito (Jonah Hill ) cruzarán datos y estadísticas para elegir a los jugadores desechados por otros equipos que tengan cierto rendimiento y pocas pretensiones económicas. Phillip Seymour Hoffman hará lo suyo como el entrenador del equipo en busca de la gloria. El guionista Aaron Sorkin (el mismo de la sobrevalorada y aburridísima Facebook de David Fincher) junto con otros colegas intentarán así reflejar el mundo del baseball desde un ángulo perdedor y conmovernos con situaciones que no logran despertar interés. Esto no sólo sucede porque este tema pueda resultar ajeno a nuestra idiosincrasia sino porque la emoción nunca llega en los largos 133 minutos que dura el film.




JUDÍOS POR ELECCIÓN (Argentina, 2011)85’ DIR: Matilde Michanie. DIST:

Documental que intenta reflejar en pantalla ciertos casos de conversión al judaísmo de personas que sin ser judíos de nacimiento o tradición adoptan las prácticas por motus propio. Los entrevistados –entre los que se incluyen también rabinos- comparten sus historias y cuentan cómo, por qué y para qué se convirtieron al judaísmo. Cada uno lo hace en diferentes ramas: ortodoxa, conservadora y reformista. En todo el film se muestra un conflicto recurrente y es que existe una ley en nuestro país que impide la conversión y que los ortodoxos la cumplen a rajatabla. Lamentablemente desde lo cinematográfico, este documental de cabezas parlantes no se diferencia demasiado de un informe televisivo. Si bien cuenta con seguimientos de la vida cotidiana (un noble recurso del cine documental) y también hay separadores y algunas dramatizaciones, todo ello no alcanza para darle vuelo u originalidad.



LA CAMPANA. (2011) 78’ DIR: Fredy Torres. CAST: Jorge Nolasco, Rocío Pavón, Lito Cruz. DIST:

Resulta grato y atrayente que el cine argentino se anime a contar historias con tono de leyenda y aires del cine fantástico. Sobre todo teniendo en cuenta que eso es bastante infrecuente en nuestro cine, por lo que el interés en ver algo distinto se acentúa.
El director Freddy Torres, intenta contarnos una historia con ecos de realismo mágico sobre un amor trunco en un lugar cercano a Mar del Plata, perdido en el mar y en el tiempo durante el conflicto de la guerra de Malvinas. Todo ello resulta un planteo interesante, que podría tener claras referencias literarias de autores como Bioy Casares, Gabriel García Marquez o estéticas y narrativas de directores como John Sayles -El Secreto de Roan Inish- o Night Shyamalan, por citar algunos.

Pero lamentablemente el director se pierde en un cúmulo de sub-historias y situaciones que no terminan de resolverse y aportan más confusión que interés, desencajando la unidad narrativa y restándole ritmo y precisión.
La dirección de actores tampoco logra hacer destacar a un actor de la talla de Lito Cruz como el dueño del bar ni tampoco a figuras como Jorge Nolasco (el protagonista), Julian Howard o María Fernanda Callejón como la prostituta de puerto, que se deslucen por su esquematismo y poca convicción.
Visualmente tampoco se aporta demasiado, ya que su fotografía a contramano del preciosismo barroco-surrealista o simplemente expresionista que generalmente se encuentra en este tipo de narraciones, se presenta aquí con una errónea puesta de revista turística.



CUATRO MUERTOS Y NINGÚN ENTIERRO (A film with me in it, Irlanda/2008) 88’ DIR : Ian Fitzgibbon. CAST: Dylan Moran, Mark Doherty, David Doherty, Amy Huberman, Aisling O'Sullivan, Keith Allen, Jonathan Rhys Myers, Neil Jordan DIST: Impacto Cine

En la comedia, el humor negro es un sub-género no tan transitado quizás porque nunca ha sido masivo o simplemente porque no es tan fácil hacer reír a cualquiera con temas tan delicados como la enfermedad, la muerte, la religión, el racismo o la pobreza entre muchos otros. La inolvidable El Quinteto de la muerte (1955) inició el legado del humor negro inglés por excelencia abriendo camino a los geniales Monty Phyton quienes dejaron estela con su inteligente irreverencia. Apostando a un público más amplio Mel Brooks cultivó ejemplarmente el absurdo y luego los brillantes Z.A.Z llevaron al delirio extremo las dos vertientes con las desopilantes ¿Y… donde está el piloto?, Super Secreto y La Pistola Desnuda.
El film que nos ocupa se acerca más al espíritu de El Quinteto de la Muerte y actualmente nos remite precisamente a Muerte en un Funeral (2007), el desopilante “sleeper” inglés de Frank Oz. El director Ian FitzGibbon juega permanentemente con la tragedia y el suspenso, mezclando sabiamente el humor. Los avatares económicos de los protagonistas que sueñan con el mundo del cine, uno como actor y el otro como guionista, sirven como trasfondo para desarrollar la humanidad de los mismos y sacarlos de la caricatura. Como se trata de una Black Comedy sucederán muertes y aparecerán cadáveres para desesperación de los personajes y la risa del público. Mark Doherty (también guionista) y Dylan Moran estelarizan perfectamente el dúo de perdedores que intentarán librarse de los muertos en medio de disparatadas situaciones y diálogos sumamente ingeniosos. Esta producción irlandesa, titulada originalmente como A film with me in it y que fue bautizada en nuestras pampas con un ocurrente título que nos remite a Cuatro bodas y un Funeral, hace honor al género y nos regala lo que sería una de las mejores y más logradas comedias estrenadas en el 2011.


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